Si, hablaré de mi en esta entrada, no como ejercicio de egocentrismo supino, sino como premeditada actuación a los reproches de falta de originalidad. Y es que cuando me pican, caigo, siempre caigo.
Que os voy a decir a
vosotr@s, que en escasas entradas ya sabéis los enigmas de mis picardías y los escozores de mis lloros, a pesar de no haber llorado ninguna palabra en el ombligo de vuestras interpretaciones. Quizás algún día aprenda a enseñaros que en mi corazón, la sístole siempre engaña a la diástole con aspavientos y parapetos propios de un niño de primaria, semejantes a los de
Alvarito, o Paula, o Marta, o Huguete, que hacen retozar mis ansias de cariño.
Efectivamente la dualidad es mi cruz y a la vez mi gran aliado, nada de exaltaciones de bipolaridad, no , ni mucho menos, es mas un desahogo que una cruz, un saber que estas son mis armas y con ellas voy a Roma, aunque seguro, a mitad de camino, ya has descubierto la insensatez de mi descaro y las caricias de mis palabras, sin entrar en la minuciosa forma que te miro cuando te leo.
Creo que soy como los patos, que los ves erguidos y sonrientes, con la cabeza alta y un fluir constante, pero ... ¡como van nadando por debajo del agua los cabrones! Aunque la barbita gamberra de cuatro días que me gusta dejarme no van en consonancia con los cuac cuac de mis labios....
Y que voy a hacer, si siempre he sido un luchador y es lo que me han inculcado. Y que orgulloso de todo lo que me habéis metido en los sesos, como me gustaría saber que seguís mirándome como siempre...y que todo es recíproco....y que....y que....
No. Sigue sin gustarme hablar de mi, porque además de que acabo escarbando en las aguas turquesas sin encontrar nunca tierra firme, al final voy a terminar culpando el olor de tus palabras y la banda sonora de mi vida, redactando sin sentidos para que descubráis mi vereda de la puerta de atrás, la cual, al contrario que la otra, no atraerá mas que a trasnochados embriagados de lecturas y recetas de cocina....
Al menos lo he intentado, pese a que, como siempre, no ha servido para nada...